Este blog se inicia como un compendio de batiburrillos relacionados con docencia y TIC. No es algo original, aunque intentaré aportar mi visión personal y perseguir la brevedad y la coherencia. Ah... gracias a mi hermano Marcus por diseñarme el logo (ventajas de tener un superdiseñador gráfico en la familia)

sábado, 1 de diciembre de 2012

Lina la holgazana lo haré mañana

cuadro de Marcos Moreno Pons

Llevo semanas sin escribir en este blog y no ha sido por falta de tiempo, que es el argumento que todos utilizamos  para justificar nuestra ausencia de acción. Ha sido porque me he dedicado a procrastinar. Pensando en este concepto me ha venido a mi escasa memoria un cuento que me regalaron cuando era muy pequeña. Se titulaba algo así como "Lina la holgazana, lo haré mañana" (con la perspectiva del tiempo lo considero bastante machista). Tengo un recuerdo vago de él, pero su mensaje se quedó grabado en mí. El cuento quería inculcarnos un concepto: "hay que ser productivos" y hacer realidad la máxima de nuestr@s abuel@s "no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy". Me hacía gracia el hecho de que la casa de Lina fuera redonda para no tener que limpiar los rincones inevitables que tiene cualquier casa cuadrada. 

Todos queremos ser eficientes, productivos... abordar el mayor número de tareas en el mínimo tiempo, aunque esto no garantiza la calidad del resultado. Tenemos a nuestro alcance multitud de herramientas tecnológicas que se suponen nos ayudarán a ser productivo, pero lo que promueven es dispersión. "La sencillez es la máxima sofisticación" frase de Steve Jobs que puede aplicarse a este tema. A veces una simple lista de tareas apuntadas en un bloc es suficiente para gestionar los asuntos pendientes.

La obsesión por la productividad desemboca en situaciones estresantes. Nos frustra la imposibilidad de cumplir nuestras propias expectativas. Lo de ser productivos me recuerda a los tiempos de la revolución industrial y a la película "Tiempos modernos" de Charles Chaplin y a veces encuentro en la productividad, como concepto, connotaciones negativas. En algún momento debemos pararnos, respirar hondo y no hacer nada productivo. 

No hacer nada productivo puede ser algo muy difícil de cumplir para una persona dinámica, entusiasta, trabajadora, eficiente, inquieta, conectada... pero los parones son necesarios para la reflexión, para centrarnos en qué momento estamos, para valorar lo que tenemos en nuestra vida, para discernir entre lo importante y lo accesorio, para deleitarnos con un paisaje, para ser felices...





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